La CIG protagonizó este miércoles una protesta frente a la sede de la Confederación Empresarial de Lugo (CEL) para protestar por el bloqueo de la negociación colectiva en la provincia. Actualmente, hay una serie de convenios colectivos provinciales con años de retraso (algunos de ellos incluso más de una década) y sin expectativas de negociación en el corto plazo, afectando a más de 10.000 trabajadores.
En esta situación se encuentran los acuerdos comerciales de cuero y calzado, industrias vitivinícolas y confiterías y pastelerías, vencidos desde diciembre de 2010; Comercio de muebles y objetos de decoración y en oficinas y despachos, con vencimiento en diciembre de 2011; de Comercio Textil y Transporte de Viajeros por Carretera, vencido desde finales de 2015; el de la sanidad privada, con vencimiento en 2016 y con negociaciones estancadas desde febrero de 2020; de Siderometal y Metalmecánica, Construcción, Limpieza y Comercio de Alimentos, con vencimiento a partir de finales de 2021; así como el contrato de Transporte de Mercancías, que expiró a fines del año pasado.
La CIG lleva años reclamando la reactivación de la negociación colectiva sectorial a nivel provincial, pero la acumulación de convenios caducados muestra claramente el desinterés de la patronal, así como de los sindicatos estatales CCOO y UGT -que tienen la mayoría en estos sectores- , para impulsar la negociación colectiva en Lugo.
En este sentido, el secretario autonómico de la CIG de Lugo-A Mariña, Antonio Niño, critica que la patronal y estas centrales sindicales “parecen más interesadas en las mesas de diálogo social a través de las cuales se han recortado continuamente los derechos de la clase trabajadora, y donde todo se negocia a espaldas de los lugares de trabajo, mutilando así por completo la posibilidad de que los trabajadores influyan, participen y decidan sobre sus condiciones de trabajo».
Este bloqueo, advierte Niño, provoca por un lado un escenario de inseguridad jurídica en el marco de las relaciones laborales de los sectores afectados y, por el otro, perpetúa la precariedad y la congelación de salarios, ya que la mayoría de estos convenios no se han actualizado debido a la falta de cláusulas de revisión. Así, además de una indiscutible y brutal pérdida de poder adquisitivo de miles de trabajadores «cuyos salarios ya han sido absorbidos por el SMI, incluso en las categorías más altas, cuanto más se tarde en negociar estos acuerdos, más complicado será cobrar los atrasos». Una situación que, valora, es muy conveniente para el empresario.
El secretario regional de la CIG indica que este empobrecimiento de los salarios se ha incrementado exponencialmente en el último año a causa de la actual crisis económica, marcada por la alta inflación y el creciente costo de vida. “La pérdida de poder adquisitivo es alarmante”, insiste Niño, quien advierte que “aún con un trabajo remunerado, mucha gente no llega a llegar a fin de mes”. En este sentido, llama la atención que más del 40% de los asalariados de la provincia tienen ingresos inferiores al Salario Mínimo Interprofesional.
Para la CIG, esta demora en la actualización de los convenios es insostenible e irresponsable, y en la práctica “resulta en la aniquilación de la negociación colectiva como medio de regular las relaciones laborales, privando así a la representación sindical en las empresas de poder negociar sus condiciones de trabajo, y condenando a miles de familias a la pobreza».
En ese contexto, la central nacionalista llama a los trabajadores de la provincia a tomar conciencia de la situación y movilizarse “porque sólo a través del conflicto en estos sectores podremos superar el bloqueo y lograr convenios colectivos dignos”.