Los trabajadores de Terpil (auxiliar de Alcoa) iniciaron este martes un paro indefinido para exigir el cobro de los salarios adeudados y garantías de continuidad laboral. En este día, toda la plantilla apoya la huelga y se manifestó a primera hora de la mañana desde el restaurante Sarria hasta la entrada del polígono industrial de Alcoa en San Cibrao.
A finales de noviembre del año pasado, explica Unai Donoso, delegado de la CIG en la comisión, la plantilla ya había desarrollado paros de dos horas por retrasos en el pago de los salarios. En ese momento se llegó a un acuerdo con la empresa para el pago de los salarios, pero hace unos meses volvieron los problemas, al punto que los trabajadores aún no reciben la nómina de mayo y el pago extraordinario de marzo.
La incertidumbre sobre el futuro del trabajo se agravó luego de que la propia empresa informara que iba a solicitar el concurso voluntario de acreedores y que no podría hacer frente al pago de los salarios de los próximos meses por falta de liquidez.
Ante esto, el comité acordó convocar a un paro indefinido y movilizaciones diarias para exigir que se respeten sus derechos y exigir garantías laborales. Donoso señala que si bien la reducción de la actividad productiva en el complejo industrial profundizó la crisis, la situación actual de la empresa se debe a la nefasta gestión realizada en los últimos años.
Por eso, las movilizaciones exigen también la intervención de Alcoa, como responsable del contrato, y que se garantice la subrogación de todo el personal de Terpil que labora en las instalaciones de San Cibrao.