Cuando ser gallego no sirve a Galicia. ¿Qué une a Feijóo y Yolanda Díaz?

por | Jun 22, 2023 | Política | 0 Comentarios

Galicia ha sido la cuna de muchos de los principales líderes políticos españoles de la historia reciente, con ejemplos como los de Mariano Rajoy o Manuel Fraga entre muchos otros. Y, hoy en día, nos volvemos a encontrar con esta tendencia, siendo gallegos dos de los principales candidatos a la presidencia del Gobierno estatal en las próximas elecciones generales: Alberto Núñez Feijóo y Yolanda Díaz. Sin embargo, no siempre ha habido una relación entre el hecho de que los principales líderes políticos estatales fuesen gallegos y que se consiguiesen mayores ventajas para Galicia, si no que muchas veces ha sido, más bien, al contrario.

Marta Rivera de la Cruz, número 2 de Feijóo por Madrid, pasó rápidamente de ser diputada de A Coruña por Cs, a ser miembro de la Asamblea de Madrid de la mano de Díaz Ayuso con el PP.

A menudo, la política gallega ha servido como un mero trampolín para que las figuras políticas de los partidos de ámbito español diesen el salto a Madrid, y, una vez cumplido este objetivo, Galicia no suele merecer mayor atención para estos políticos. Rajoy recibió numerosas críticas por este hecho, siendo notoria la anécdota de que nunca hablaba gallego. Y teniendo en cuenta que el salto de Feijóo a Madrid se produjo después de que este negase durante mucho tiempo, por activa y por pasiva, que dicho salto se fuese a producir, mintiendo a sus votantes y a todos los gallegos, las esperanzas de que el ourensano siga una senda distinta no son muchas.

Otro ejemplo de esto es el caso de Marta Rivera de la Cruz, ahora número 2 de Feijóo por Madrid y previamente diputada de Ciudadanos en el Congreso por A Coruña. La lucense comenzó a destacar políticamente en 2008 al mostrarse en contra de la normalización del gallego de la mano de la organización Galicia Bilingüe, reivindicándose desde entonces como una abierta defensora del centralismo, contraria al reconocimiento de la identidad gallega. Después de ser diputada por A Coruña, pasó inmediatamente a ser miembro de la Asamblea de Madrid, primero con Cs y luego con el PP de la mano de Díaz Ayuso. Incluso la política autonómica madrileña resultó más atractiva para ella que la representación de los votantes gallegos.

La mayoría de los políticos mencionados pertenecen al Partido Popular de Galicia, una de las ramas más fuertes de este partido a nivel estatal, o al ámbito de la derecha en general, y es en Yolanda Díaz en quien encontramos la excepción a esta tendencia. Sin embargo, las similitudes entre la trayectoria de esta y la de Feijoo son mayores de lo que podría parecer en un primer momento.

Díaz comenzó a hacerse visible en política como líder de Izquierda Unida en Galicia en 2005, obteniendo inicialmente unos resultados electorales muy modestos a pesar de la larga historia de esta organización en la comunidad. Pero no alcanzó realmente notoriedad hasta que su alianza con el partido de Xosé Manuel Beiras, Anova, recién escindido del BNG, se convirtió en la tercera fuerza política de Galicia en 2012 bajo el nombre de Alternativa Galega de Esquerdas. En seguida comenzarían a aflorar las tensiones entre los de Yolanda Díaz y los de Beiras, que se agudizaron dentro de lo que fue En Marea. La ambición de Izquierda Unida y Podemos, esta última una organización en la que entonces Yolanda tenía una considerable influencia, terminó por liquidar los elementos nacionalistas de estas alianzas, ahora marginales políticamente, mientras que ella y su allegado Antón Gómez-Reino, lograron escaño en Madrid en 2019 bajo el nombre de Galicia en Común.

Los diputados de En Marea se integraron el el grupo parlamentario de Unidas Podemos en vez de conformar grupo propio como prometieron en campaña

A partir de ahí, su salto definitivo a Madrid se consumaría con su entrada en el gobierno de coalición entre Unidas Podemos y el PSOE, oficialmente como representante de esa Galicia en Común ya liberada de sus antiguos socios de procedencia nacionalista. Pero no terminaría ahí de medrar, ya que terminaría situándose como líder clara del espacio político a la izquierda del PSOE en España, ganándole el pulso incluso a los líderes de Podemos. Y a pesar de su considerable influencia y sus responsabilidades gubernamentales, apenas prestó atención a Galicia durante el pasado mandato, un hecho solo compensado por los diversos acuerdos con el Gobierno de coalición logrados por el diputado del BNG, Néstor Rego.

Esta desatención a Galicia por parte de Yolanda Díaz y los suyos ya se había adivinado en las anteriores legislaturas, por ejemplo, cuando los diputados de En Marea se integraron el el grupo parlamentario de Unidas Podemos en vez de conformar grupo propio como prometieron en campaña, algo que por la legislación existente solo podría lograr el BNG. También cuando sus diputados votaron a favor de unos presupuestos que recortaban considerablemente la inversión en Galicia. Al igual que en el caso de Feijóo, una vez logrado el asiento en Madrid, Galicia pasó para ella a un segundo plano.

Al igual que Feijóo, prometieron quedarse en Galicia y negaron repetidamente su intención de quedarse en Madrid, y, al igual que Feijóo, incumplieron dicho compromiso.

El caso de su compañero Gómez-Reino fue también similar, ya que, siendo diputado en Madrid, se presentó como candidato a la presidenta de la Xunta como cabeza de lista de Galicia en Común-Anova-Mareas, prometiendo que dejaría su escaño en el Congreso fuese cual fuese su resultado. Cuando esta coalición no logró ninguna representación en el Parlamento gallego, olvidó su promesa y mantuvo su cargo público en la capital de España. Al igual que Feijóo, prometieron quedarse en Galicia y negaron repetidamente su intención de quedarse en Madrid, y, al igual que Feijóo, incumplieron dicho compromiso.

Al final, de los 23 escaños gallegos en el Congreso de los Diputados, ni los del PP, ni los del PSOE, ni los de Unidas Podemos fueron capaces de poner los problemas de Galicia en la agenda estatal, algo que si logró el BNG con cuestiones como la de la AP-9. Que un diputado en el congreso haya sido elegido por una circunscripción gallega no quiere decir que este se vaya a preocupar de los asuntos de Galicia, ya que, en última instancia, si obedecen a una dirección y una estrategia estatales, esos intereses van a estar siempre por encima.

Últimas noticias