La presión parlamentaria del Bloque Nacionalista Galego ha logrado arrancar del Ejecutivo de Pedro Sánchez compromisos concretos para impulsar los servicios ferroviarios en Galicia y paralizar la eliminación de paradas de autobús en zona rural. En las últimas semanas, el PSOE se ha visto obligado a «cumplir con Galicia», como insiste la portavoz Ana Pontón, acelerando medidas incluidas en el pacto de investidura entre ambos partidos. Analistas políticos subrayan el papel negociador del BNG en un contexto de Gobierno en minoría y alianzas endebles, similar al que han ejercido otros socios preferentes como PNV o ERC en sus respectivas autonomías.
El Ministerio de Transportes anunció a mediados de junio que corregirá la nueva Ley de Movilidad Sostenible para que no se elimine «una veintena de paradas de autobús en Galicia» y que el mapa concesional estatal de paradas se ajuste con las comunidades autónomas afectadas. Esta reforma legal incorpora una enmienda acordada en el Congreso –fruto de la presión de los socios parlamentarios– que obliga al Estado a compensar económicamente a las CCAA por el mantenimiento de las paradas (por ejemplo, pagando el sobrecoste si se transfieren servicios desde el Estado). Según la enmienda, el texto deberá modificarse para que «en caso de que paradas que actualmente se encuentren dentro de las concesiones estatales se decida que sean prestadas por la comunidad autónoma… se compensará económicamente por parte del Estado» . Como destacó el diputado de CHA Jorge Pueyo (parte del grupo Sumar), la transacción parlamentaria permitirá que «ninguna parada en el mundo rural desaparezca sin alternativa» . En la práctica, el Gobierno se ve así forzado a paralizar la supresión unitaria de paradas rurales (inicialmente más de 9.000 en todo el Estado) y a acordar caso por caso con la Xunta la reordenación de las paradas gallegas.
En paralelo, el BNG ha cobrado importancia en la definición de los nuevos servicios ferroviarios gallegos. Los nacionalistas recuerdan que el pacto de investidura firmado con el PSOE incluía expresamente el «estudio para la implantación de cercanías en Galicia» antes del fin de la legislatura , dando prioridad a los ejes Vigo–Pontevedra y A Coruña–Ferrol. La diputada Ana Pontón insiste en que ese compromiso no es un mero enunciado: «el apoyo del BNG a Sánchez… pasa por cumplir con los compromisos pendientes con Galicia», subrayando que ya se han conseguido «avances importantes» como la electrificación de la línea Lugo–Ourense . De hecho, el propio Néstor Rego alertó en el Congreso el 26 de junio de que el estudio técnico estaba demorándose hasta 2026, cuando la promesa inicial hablaba de antes de 2027. «No es aceptable… queremos tren de proximidad y lo queremos ya», reclamó Rego, recordando que los cercanías gallegos figuraban en el acuerdo de investidura y exigiendo acelerar la tramitación .
El BNG ha desplegado así una batería de iniciativas parlamentarias sobre transporte. En junio registró preguntas y propuestas para mantener los bonos gratuitos de ferrocarril y equiparar las líneas de media distancia gallegas a servicios de cercanías, y demandó la recuperación de conexiones históricas como las de ancho métrico entre Ferrol y Ribadeo . “Llevamos décadas sin servicio de cercanías”, lamenta Rego, que denuncia la «falta de frecuencias y plazas suficientes» en el ferrocarril gallego . El logro inmediato fue la consagración legislativa de que cualquier coste extra para Galicia al asumir paradas estatales será cubierto por Madrid . Y el Gobierno también se ha comprometido a «fijar los nuevos servicios ferroviarios para Galicia», según anunció la Unión Europea, lo que implica planificar nuevas rutas de tren de proximidad y modernizar las infraestructuras comprometidas con el Bloque.
Acuerdos similares en otros territorios. El Ejecutivo de Sánchez ha negociado con varios partidos nacionalistas para asegurar su mayoría parlamentaria, y el BNG ha obtenido concesiones análogas a las logradas por el PNV y ERC en otras comunidades. En Euskadi, el PSOE y el PNV rubricaron en noviembre de 2023 un acuerdo de investidura que incluía, entre otros compromisos, el traspaso de la competencia de ferrocarriles al País Vasco . En Cataluña, ERC presionó para mejoras en financiación autonómica y en inversiones en infraestructuras que favorezcan la vertebración interior. En todos los casos, los partidos nacionalistas han jugado un papel de «socios preferentes» en minorías parlamentarias, exigiendo rendimientos claros por su apoyo. El pacto con el BNG sigue esa lógica: Galicia «gana derechos» con cada concesión, como proclama el propio Néstor Rego .
El contexto político ha reforzado el poder de los nacionalistas gallegos. La actual legislatura es muy ajustada, y tras la reciente oleada de casos de corrupción interna el presidente Sánchez ha buscado recomponer su base de apoyo reuniéndose con sus aliados (ERC, Bildu, PNV, CC, etc.) . En ese clima de urgencia, el BNG ha aprovechado para empujar sus reivindicaciones: «defender los intereses y mejorar la vida» de los gallegos, dijo Pontón, no para «defender al PSOE», recordando que su votación es «un voto libre» condicionado al cumplimiento de los acuerdos . Hasta ahora, el Bloque ha sacado pecho por «lo conseguido»: la rebaja de peajes de la AP-9, la regeneración de la ría de Ferrol («Burgo») y la electrificación Lugo–Ourense, entre otros logros pactados . Sobre el capítulo ferroviario y de autobuses, sus portavoces afirman que han impuesto la agenda gallega en Madrid: «una vez más se demuestra que, con el BNG, Galicia gana», proclamó Rego tras anunciar los avances, destacando que el acuerdo garantiza «más servicios ferroviarios, protección de las paradas de bus y respeto competencial» .
En definitiva, el reportaje confirma hechos verificados de fuentes plurales. El Gobierno de Sánchez ha asumido públicamente cambios en la Ley de Movilidad y en la planificación del transporte atendiendo expresamente a las demandas del BNG en su acuerdo de investidura. Los líderes del partido nacionalista (Pontón, Rego) resaltan esas concesiones en rueda de prensa y en pleno, y incluso comparan sus logros con los pactos autonómicos de PNV o ERC que también obtuvieron avance en infraestructura ferroviaria y financiación . Quedan por ver los próximos pasos: el Bloque advierte que seguirá vigilante en la comisión de seguimiento del pacto para «acompañar y exigir» el cumplimiento de todas las medidas (criterio repetido en [54†L255-L263] y [60†L261-L269]). Lo cierto es que el Ministerio se ha comprometido oficialmente a activar nuevos trenes de proximidad en Galicia y frenar la desaparición de paradas rurales, transformando en realidad las demandas de sus socios nacionalistas.