La historia del nacionalismo gallego en Europa ha sido un viaje largo, desde los primeros pasos de Camilo Nogueira hasta la actual representación de Ana Miranda. A través de las décadas, el Bloque Nacionalista Galego ha buscado influir en la política europea, defendiendo los intereses de Galicia desde diferentes perspectivas.
Camilo Nogueira, uno de los pioneros del nacionalismo gallego en el ámbito europeo, fue elegido eurodiputado en 1999. Ingeniero y economista, Nogueira llevó al Parlamento Europeo una visión basada en el reconocimiento de Galicia como nación y la promoción de sus derechos lingüísticos y culturales. Durante su mandato, defendió con fervor la inclusión del gallego en las instituciones europeas y luchó por políticas que beneficiaran a las regiones menos desarrolladas de Europa, incluyendo Galicia. Su trabajo fue ampliamente documentado y valorado por su enfoque en la defensa de la identidad gallega y en la búsqueda de un desarrollo equilibrado para la región.
Ana Miranda tomó el relevo de Nogueira, convirtiéndose en la principal representante del BNG en el Parlamento Europeo.
Su mandato, excesivamente centrado en la identidad y menos en la economía, sentó las bases para una representación más consolidada del BNG en Europa y llevó a los nacionalistas a llevar a cabo una estrategia centrada en el desarrollo, la justicia social y la paz, a medida que pasaban las legislaturas.
Ana Miranda tomó el relevo de Nogueira, convirtiéndose en la principal representante del BNG en el Parlamento Europeo. Abogada de formación, Miranda ha centrado su labor en temas de justicia social, derechos humanos y defensa del medio ambiente. Su llegada al Parlamento en 2012 marcó una continuidad en la defensa de los intereses gallegos, pero con un enfoque más amplio que abarcaba también la protección de los sectores económicos clave para Galicia, como la pesca.
Miranda ha llevado a Bruselas la preocupación por las regulaciones pesqueras de la UE, que muchos pescadores gallegos consideran perjudiciales. Ha trabajado para modificar estas políticas y adaptarlas a las necesidades específicas de Galicia. El carácter de Miranda también ha dibujado una acción en Bruselas muy pegada a la gente y los diferentes agravios que Galicia sufrió recientemente. Desde la investigación sobre el trágico accidente de Angrois que llevó a la Eurodiputada a una larga lucha junto con las propias víctimas hasta la oposición al proyecto de Altri que aspira a recibir financiación europea.
Hoy el alto porcentaje de voto en las elecciones gallegas de 2024 y la situación de crisis que vive el nacionalismo catalán empujan a los gallegos a una posición privilegiada y a una relevancia que nunca antes habían tenido
A lo largo de los años, el BNG ha tenido que adaptarse a un entorno político cambiante tanto en Galicia como en Europa. Las elecciones europeas han demostrado ser un terreno desafiante, donde el BNG ha tenido que competir no solo con partidos nacionales sino también con otros movimientos nacionalistas que buscan una mayor autonomía dentro de la UE. La estrategia del BNG ha evolucionado, pasando de una fuerte concentración en la identidad cultural bajo Nogueira a un enfoque más integrador que también aborde temas económicos y sociales con Miranda.
En el contexto actual, la representación gallega en Europa enfrenta nuevos desafíos. La agenda política de la UE incluye cuestiones como el cambio climático, la digitalización y la recuperación económica post-pandemia, áreas donde Galicia tiene intereses específicos que defender. La labor de los representantes gallegos en Bruselas será crucial para asegurar que las políticas europeas reflejen y apoyen las necesidades de la región.
Toda vez que el BNG ocupaba una posición minoritaria frente a sus tradiconales aliados – des de las alianzas con CiU y PNV hasta con ERC y EHB – hoy el alto porcentaje de voto en las elecciones gallegas de 2024 y la situación de crisis que vive el nacionalismo catalán empujan a los gallegos a una posición de salida y a una relevancia que nunca antes habían tenido ni en el contexto español ni europeo.