«Basta de tanta explotación» fue el mensaje que los trabajadores de la limpieza enviaron a la patronal en la manifestación celebrada este martes en las calles de Lugo, coincidiendo con la jornada de huelga en demanda de un acuerdo digno. El paro, que afecta a todo el personal de la provincia regulado por el convenio de limpieza de edificios y locales, unas 1.800 personas, está registrando un seguimiento pleno pese a los abusivos servicios mínimos decretados, que en algunos casos alcanzan el 100% de la actividad.
La representante de CIG-Servizos, Asunción Castiñeira, enfatizó que la última oferta trasladada por la patronal deja al sector totalmente precario, con salarios que no alcanzan para llegar a fin de mes ni tener una vida digna. “Proponen un contrato de cuatro años (2022-2025), con congelación salarial para 2022, un incremento del 12% a repartir entre los años restantes y sin cláusula de revisión. Si hacemos cuentas, es lo mismo que seguir dejando el acuerdo por debajo del SMI».
Ha recordado que el salario anual de una limpiadora está 1800 euros por debajo del salario mínimo interprofesional y que este es un sector muy feminizado y con mucho sesgo. “Los trabajadores están hartos y no van a consentir que la patronal consolide y profundice esta precariedad. Por eso, además de un aumento justo, en el contexto actual de precios desbocados, la revisión anual del IPC y el pago de los atrasos correspondientes al año 2022 son indispensables.”
Castiñeira criticó el inmovilismo de ASPEL (la patronal estatal que agrupa a las grandes empresas del sector como Eulen, Clece, Onet, ISS o Lacera) por retrasar primero la constitución de la mesa y luego «dedicarse a bloquear la negociación y dejar el sector en términos que son absolutamente inaceptables».
Al respecto, indicó que la plataforma presentada por la central sindical al inicio de las negociaciones (antes de que se supiera cómo sería el SMI) ya estaba muy apretada “por lo que no tiene mucho margen de maniobra. Pero todos los reclamos tenemos son justos y aceptables para el empleador».
En este sentido, ha explicado que, además del tema económico, hay demandas de mejoras sociales y laborales como el complemento del 100% de las bajas por enfermedad, la reducción de la jornada máxima semanal, el aumento de las jornadas para asuntos propios, etc. Exigencias a las que el empresario tampoco quiere acceder.
Sobre el curso de la huelga, el representante de la CIG valoró el pleno seguimiento del paro entre los trabajadores que pueden ejercer este derecho, dado que los servicios mínimos abusivos impuestos en algunos casos afectan al 75% y al 100% de la plantilla. “Entendemos que en algunos de los servicios considerados esenciales debe haber una actividad mínima, pero no se entienden los servicios marcados para la limpieza de edificios administrativos o escolares”, criticó.
La próxima reunión de la mesa de acuerdos está fijada para el 27 de junio, pero si no hay avances, las asambleas de personal ya han mostrado su disposición a realizar una huelga indefinida en septiembre. “Esperamos que la patronal tome nota de la respuesta dada hoy por los trabajadores y cambie su posición en la mesa de negociación, porque seguiremos luchando hasta llegar a un acuerdo digno con salarios justos”.