El primero de los tres días de huelga convocada en la siderurgia y en el comercio del metal de la provincia de Lugo en demanda de acuerdos dignos fue toda una demostración de fuerza y unidad de los trabajadores, con un rotundo éxito de seguimiento y con los principales centros de trabajo sin actividad.
En la provincia hay unas siete mil personas reguladas por el convenio metalúrgico y metalúrgico (que en Lugo se negocian de forma conjunta), y aunque el centro de la jornada estuvo en los polígonos de Ceao y As Gándaras, por ser el lugar con mayor concentración de empresas y trabajadores del sector, el seguimiento fue prácticamente total también en Rábade, Sarria, Monforte y Vilalba.
A partir de las 7:30 horas, un gran piquete informativo, que llegó a rondar el millar de personas, recorrió las calles de Ceao mientras a su paso las empresas que aún no habían parado iban cerrando sus puertas y el personal se sumaba a la movilización.
“Hoy los trabajadores enviaron un mensaje claro y contundente: el sector lucha por conseguir un salario digno y convenio. Esto debería haber hecho reflexionar a la dirección sobre su posición, porque su intransigencia sólo nos llevará a un conflicto más intenso y prolongado”, valoró Afonso Losada, del CIG-Industria de Lugo, al término de la manifestación celebrada después del mediodía.
Losada ha recordado que en la última reunión, celebrada el pasado lunes en el marco del Consejo Gallego de Relaciones Laborales, la patronal lanzó una nueva propuesta que sigue siendo insuficiente, ya que solo aumenta en medio punto el incremento global que ya existía (4,5 % para 2022, 4% para 2023 y 3% para 2024 y 2025), contempla una revisión del IPC anual, pero tope al 1% y sin generar demoras ni efectos retroactivos.
«Obviamente no nos vale esta oferta», aseveró, ya que el empresario sigue sin hacer las revisiones anuales de acuerdo con el IPC real ni pagar la totalidad de las moras generadas, no garantizando así el mantenimiento del poder adquisitivo ni la recuperación de los salarios perdidos
En este sentido, también se pronunció el secretario nacional de CIG-Industria, Xoán Xosé Bouzas ‘Tupi’, quien destacó que en esta negociación hay que «recuperar el poder adquisitivo de los salarios, evitar la aplicación de la reforma laboral en los colectivos acuerdo, y que no se pierde ningún derecho ya reconocido». Tupi se centró en el contexto de inflación disparada y que la patronal “no quiere reconocer el IPC real de 2022 ni pagar los atrasos generados desde entonces”. Para nosotros, cualquier convenio que se firme tiene que cobrar el pago de los atrasos a partir de enero de 2022 y que los salarios se actualicen, al menos, al mismo nivel que sube el costo de vida”.
Afonso Losada ya ha anunciado que, si no se avanza en las próximas semanas, la huelga continuará los días 23 y 25 de mayo. «Por el momento no se ha fijado fecha para la reunión de la mesa de negociación, pero esperamos que la patronal tome buena nota de la contundente respuesta dada hoy por la plantilla».
“Como se puede ver hoy, hay ganas y ánimos en la plantilla para movilizarse y llamamos a todos los trabajadores a seguir en la lucha hasta conseguir salarios y condiciones laborales dignas”, concluyó Tupi.
La jornada transcurrió sin incidentes y los únicos momentos de tensión que se vivieron fueron frente a los establecimientos de Recambios Frain, cuyo dueño representa en la mesa de negociación a las empresas del ramo metalúrgico. Tras cerrar la puerta, dejar el personal y dejar el piquete, los propietarios quisieron continuar con la actividad a puerta cerrada. Una maniobra que indignó a los trabajadores en huelga, pero aun teniendo en cuenta la actitud arrogante y prepotente que mantienen estos empresarios todo el tiempo.









