El personal del servicio de recogida de basuras y limpieza viaria del Ayuntamiento de Burela ha comenzado este miércoles a movilizarse en demanda de un convenio colectivo digno. La protesta, celebrada frente al Ayuntamiento, se repetirá mañana jueves, ante una nueva reunión con la empresa. Pero si no se logran avances significativos, la plantilla ya avanza y se pondrá en huelga a partir del 22 de mayo.
La representación del personal y Urbaser negocian desde el pasado mes de noviembre un nuevo convenio colectivo que regula las condiciones laborales en el servicio de limpieza viaria, recogida de basuras, gestión de puntos y limpieza de playas del Ayuntamiento de Burela. El convenio que regía esta actividad, explica Xosé Manuel Díaz, secretario autonómico del CIG-Servizos, caducó en 2011 y desde entonces la plantilla ha ido perdiendo derechos y sus salarios prácticamente congelados.
Sin embargo, tras varias reuniones, las negociaciones con Urbaser no avanzan y las posiciones son lejanas. Ante este bloqueo, la asamblea de personal acordó convocar concentraciones diarias a las 11 de la mañana en el Ayuntamiento de Burela y hacer un paro indefinido a partir del 22 de mayo. Fue entonces cuando la empresa respondió con una nueva propuesta para seguir negociando, pero ampliando la vigencia del acuerdo, concentrando los incrementos en los últimos años de vigencia y estableciendo montos «compensatorios» para los años 2023 y 2024, sin precisar.
Esta propuesta fue trasladada esta tarde a la asamblea de trabajadores, que decidió presentar a la empresa una contrapropuesta con cuantías concretas para estas indemnizaciones y para los incrementos que corresponderían a los años 25-26 y 27. Urbaser deberá responder a esta propuesta en esta reunión el jueves.
El convenio colectivo caducó en 2011 luego de que los representantes sindicales anteriores no negociaran uno nuevo y porque no tenía esta cláusula de sobreactividad. Para Vanessa Prieto, delegada del CIG, “es obvio que esta situación no es deseable”. “En primer lugar, subraya, porque tenemos un vacío legal e incluso hay trabajadores de primera y de segunda, en el sentido de que algunas personas, como el personal subrogado de empresas anteriores, tienen derechos consolidados de ese antiguo contrato y el personal con menor antigüedad sólo tiene las del Estatuto de las Personas Trabajadoras”.
Pero además, esta situación también ha hecho que la plantilla tenga sus salarios prácticamente congelados desde 2011. “Por eso, apunta, el objetivo cuando me presenté a las elecciones sindicales era claro, volver a tener convenio colectivo, recuperar derechos y recuperar al menos una parte del poder adquisitivo perdido».









