Años después de la sentencia judicial que daba derecho a los trabajadores gallegos de las empresas Catisa y Hormigones La Estrella en su demanda de extinción de los contratos, y de las múltiples denuncias públicas sobre la lentitud del proceso, el personal de estas empresas de la El grupo de Martínez Nuñez vuelve a exigir una solución al bloqueo judicial que sufre este caso y que les permita, de una vez por todas, cobrar la parte que les queda por cobrar de la indemnización de 45 días por año trabajado que ganaron en los Juzgados .
“Hasta ahora solo han cobrado 30 días, que ha pagado FOGASA”, señala Afonso Losada, secretario del CIG-Construcción de Lugo-A Mariña. Preguntado por el motivo de este retraso, Losada es contundente: “Es una combinación de ineficacia de la administración concursal por un lado y el habitual retraso de los juzgados de lo social y mercantil, desbordados por años de crisis y conflictos en las empresas”.
Respecto a la situación actual, explica que en estos momentos está pendiente la liquidación total del patrimonio de la empresa, para que, de inmediato, se puedan empezar a atender las deudas de la empresa con sus acreedores, entre los que se encuentran los trabajadores.
“Lamentablemente, lamenta, la venta de los activos está siendo desesperadamente lenta, lo que limita la posibilidad de cobrar todo, ya que el dinero recaudado hasta ahora se está gastando en vigilancia, pagos a la sociedad liquidadora, gastos de funcionamiento, etc. Por eso exigimos agilidad y claridad a la administración concursal y al juzgado de lo mercantil de Madrid que reabrió el concurso”.
Losada destaca que los trabajadores “están hartos de esta situación”. Ya que llevan años luchando «y solo quieren cobrar lo que les pertenece para poder dejar esto atrás y seguir con su vida y sus trabajos actuales, pero no van a permitir la empresa con el amparo o el abandono de los administración concursal y el tribunal, si se rieron de ellos».
En ese sentido, destaca que “para ser considerado como tal, el Poder Judicial tiene que ser ágil y responder con rapidez a las demandas de los ciudadanos y trabajadores”. Que esto no sea así por responsabilidad de las distintas administraciones, “muestra una baja calidad democrática y se traduce en una concepción de ciudadanía frente a administraciones de ineficacia y que hay ciudadanos de primera, para los que se dispone de los medios necesarios”. puestos a disposición, y los ciudadanos “Alumnos de segundo grado, condenados a la lentitud y al abandono”, concluye Afonso Losada.
